¿Por qué si hacer el amor y llegar al orgasmo es tan rico, postergo mis encuentros sexuales con mi pareja? Preguntó Cristina en medio de nuestra conversación, al parecer la situación venia atormentándola desde hacía meses.

Es una práctica muy común después de pasar varias años de casados, en nuestro interior culpamos al estrés, trabajo, migraña, los niños, el hogar, etc, y diariamente vamos directamente a la cama, damos media vuelta y a dormir hasta el otro día y así se nos pasan tres días, una y hasta dos semanas, para vivir esa experiencia religiosa como dice la canción.

Cometemos el colosal error de dejamos llevar por la agenda del día, los problemas del trabajo, el hogar, y caemos en la rutina, excluyendo a la persona que elegimos para acompañarnos el resto de los días.

La pérdida del deseo sexual es un enemigo silencioso que se va instalando en la rutina de las parejas de forma casi imperceptible para ambos, el cual pasa a ser aceptado erróneamente como el precio que hay que pagar por los años de convivencia.
Olvidamos que una de nuestras prioridades son nuestras parejas y nos envolvemos en nuestro papel de madre y en proyectos que traerían beneficios a la familia; pero por otro lado nos aleja del ser amado.

Cuando estemos en esta situación es bueno trasladarnos al pasado y recordar que en el noviazgo nos pasábamos horas planificando un fin de semana inolvidable con nuestra pareja, que de seguro aun lo recuerda, ¿por qué no repetir esa práctica en el matrimonio?. Otras recomendaciones importantes serian hacer algo diferente con la pareja, podría ser preparar una comida especial que le guste y hace tiempo no cocinas.

Chicas las sorpresas dan resultado, esperen a su pareja con poca ropa, acompañada de una copa de vino, los volverá loco.
Por un día, propóngase no hablar ni pensar en deudas, ni problemas domésticos. ¡Sólo por un día! Y dedícaselo a él o a ella.

Jugar a ser bien sexy aunque nos de vergüenza, algunas mujeres, con los años, olvidan lo importante que es seguir atrayendo a su marido con un peinado distinto, o un escote insinuante, sumado a un cambio en el tono de voz y en tu manera de caminar cuando estén solos, ¡te aseguro provocaras algo muy especial!

No importa ni tu peso ni tu edad, ¡las mujeres sabemos cómo ser sugestivas, cuando queremos! Un poco de sugerencias y de mimos que los hombres nos hagan, tampoco vienen nada mal…

Recuerda que si te lo propones pueden vencer la falta de deseo sexual, es hora de recrear la magia en una pareja y también las ganas de tener intimidad sexual… sólo hace falta que te lo propongas.