¿VIVIENDO CON EL ENEMIGO?

Vivir en un país donde aun no superamos el problema energético y los ciudadanos recibimos entre 10 y 14 horas de apagones, nos obliga hacer uso de un inversor, con el fin de por lo menos, no mantenernos a oscuras, palear el sofocante calor acompañado de la desagradable melodía de los mosquitos cuando intentamos dormir o simplemente escuchar música o ver uno que otro programa televisivo.

En nuestro país más que un lujo el uso de este aparato eléctrico es una necesidad que no todos tienen el gran privilegio de disfrutar por su costo, ya que un inversor el más económico de un kilo con dos baterías oscila entre los RD$12,00000.

Pero ¿Qué implica tener un inversor dentro de nuestro hogar? Según especialistas al momento que una persona adquiere un inversor y con él las baterías correspondientes, estas durante su funcionamiento expulsan plomo, que conlleva una exposición directa a esta sustancia dañina a la salud; si cometemos el error de instalarlo el interior de nuestro hogar.

La exposición al plomo en el ser humano se centra en varios sistemas, siendo los más importantes el nervioso, hematopoyético, urinario, gastrointestinal, renal, reproductivo y endócrino penetrando al organismo por diversas vías.

En el caso de las embarazadas la exposición al plomo es más severa ya que la criatura podría nacer con retardo en el desarrollo del intelecto, y malformaciones que abarcan atrofias en las extremidades, ceguera y sordera.

Recomendaciones:

• Instalar las baterías en el exterior de la casa y utilizar algún tipo de seguridad para que los ladrones no nos sorprendan.
• No residir cerca de lugares donde se ensamblen inversores ni se reparen baterías.
• Si tienes sospechas de ingerir plomo, visita un medico quien te indicara los exámenes correspondientes.